Admin Thu Sep 23, 2010 3:46 pm
No sé qué me pasa, y no creo que sea sensibilidad a las tragedias que han puesto en peligro recientemente la vidas de Gaby Spanic y su familia, ¡pero Ivana me está cayendo bien! Me gustó desde anteanoche que se lanzó a tratar de detener el incendio que cobró la vida de su suegro, que impidió que Tere se metiera en las llamas y en vano luchó por evitar que José Miguel (Fernando Colunga) hiciera lo mismo. Parecía una heroína de westerns, una mujer de acción pero positiva.
Llámenme macabra, pero me gustan los velorios telenoveleros. Siempre pasa algo interesante, afloran pasiones, se revelan verdades. Eso ocurrió anoche en el velorio de Don Federico (Eric del Castillo) en Soy tu Dueña.
Estaban ahí velando a Don Federico. Leonor (Jacqueline Andere) con cara agria, el pobre, José Miguel muy apesadumbrado y la Señorita Dorantes que ya se considera parte de la familia Montesinos. ¿Y quién ha de llegar sino Isabel (Silvia Pinal)? En estricto rigor, Isabel es quien mas derecho tenía de estar ahí. Don Federico la amaba, hasta planeaba pasar sus últimos días con ella, pero las leyes humanas saben poco del corazón.
Por supuesto que Leonor la expulsó de la manera más soez y con miradas de reptil furioso. José Miguel no pudo evitar que la humillada Isabel no se marchara. Aunque estuvo conmovedor el gesto de José Miguel de acercarse a Isabel como para indicarle que entendía y compartía su dolor. Pero la última palabra la tuvo Ivana, quien siguió a su madre para reprocharle su presencia que afectaba su lugar en esa familia. Un lugar que Ivana se está ganando a pulso. Concedo que con marrulleras, pero en el amor y en la guerra…todo se vale.
“Tu tiempo ya paso. Ahora es el mío” le dijo Ivana a su madre y mas allá de la crueldad, esa palabras encerraban gran verdad. Isabel fue débil, permitió que le robaran su gran amor. Ivana no seguirá su ejemplo. La debilidad de Isabel que nunca supo de qué lado estaba, si de su hija o de la sobrina, contribuyó a convertir a Ivana en una mujer insegura, envidiosa, rencorosa pero dispuesta a todo para tener algo propio
Increíble, pero Ivana nos da una lección. En el amor, sea por un hijo o por un hombre, no se puede ser débil, hay que luchar por lo que se quiere. Contrasta Ivana con la actitud ególatra de Valentina (Lucero)que en vez de luchar se aísla en su autocompasión hasta el punto que fue incapaz de estar ahí cuando el hombre de su vida la necesitó.
¡Adiós Don Federico!
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